miércoles, 19 de junio de 2013

El auténtico Gran Premio de Turquía

imagen: telecinco.es

Ya en 2012, cuando Bernie Ecclestone tuvo algunas desavenencias con los organizadores turcos, el Gran Premio de Turquía en el circuito de "Istanbul Park" dejó de celebrarse. Según informaron los medios turcos, la FOM (presidida por Bernie), exigía un sobre-coste por los derechos de imagen del Campeonato que ascendían de los trece millones de euros del año anterior a exactamente el doble, veintiséis. Esta temporada tampoco se correrá en este territorio en huelga de esclavitud. Sin embargo, para la mayoría de sus habitantes, eso ya no importa.

Este año vuelven a rugir los motores por las calles de Estambul. Propulsores que no forman parte de monoplazas de fibra de carbono, sino que movilizan y dan fuerza al chasis rígido y fuerte de la verdadera alta tecnología, el chasis de miles de personas agotadas de vivir en la pobreza, agotadas de vivir explotadas, asfixiadas por el capitalismo. No piensan en si las suelas de sus zapatillas son de compuesto blando o duro porque saben que aun exentas y machacadas debido a la lucha diaria van a tener que seguir dándolo todo. Algunos chasis han abandonado obligados la carrera por culpa de los "directores de carrera" que haciendo uso de su particular reglamento, actúan con sanciones injustas sobre estos auténticos "pilotos" de la vida real. Porque lo son. Porque también se juegan la vida. Porque algunos llevan puestos los cascos en la cabeza sabedores del peligro que conlleva circuitos urbanos como éste dónde cualquier falta de concentración puede hacerte perder la vida y lo que es más importante, la posibilidad de poder seguir luchando por la victoria. Porque antes de salir de sus casas también dejan a una madre que llora preocupada. Una madre que, a pesar de humedecer sus mejillas con lágrimas, se siente en la obligación moral de dejar ir a su hijo/a a luchar por su sueño, por su futuro, sin ni siquiera saber si llegará a ver la bandera a cuadros y volverá a casa para darla un beso y decirla que la quiere.

Muchos/as os sorprenderéis y miraréis si en la barra de dirección pone lo que habéis escrito y esto sigue siendo aquel blog de Fórmula 1 que hablaba de anécdotas y os contaba las crónicas de las carreras cada Domingo por la tarde. De algún modo lo sigue siendo. Sin embargo me he sentido con la responsabilidad de escribir estas líneas a sabiendas de que a más de uno le parecerán, por desgracia para ellos, fuera de lugar.

imagen: telecinco.es

Hemos estado algo más de una semana sin Fórmula 1 y leo mensajes en las redes sociales de muchos aficionados que parecen no moverse por nada que no sea deporte. Parecen necesitar un partido de fútbol cada dos días, una carrera todas las semanas, una final de baloncesto aunque no sepas qué es una falta en ataque. Como si todo girara en torno a ello. Como si ganar una Copa Confederaciones fuese lo mejor que nos puede pasar.

En este descanso en cuanto a las carreras, ha habido países que han seguido corriendo. Cada día, cada hora, cada minuto. Jóvenes, mayores, ancianos y ancianas que han sufrido desde hace años el ataque de la clase dominante no dan descanso a las válvulas eufóricas que hacen latir a su corazón para no dar tregua a la lucha contra el Poder. Porque saben que es la única manera de ganar esta carrera, o al menos, la mejor y más emotiva manera de perderla.

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