domingo, 23 de noviembre de 2014

War is over. Fin de la temporada 2014

Hamilton se proclama campeón del mundo en el iluminado trazado de Yas Marina. Rosberg volvió a ceder frente a la presión del británico desde la mismísima salida y solo pudo acabar en un sorprendente decimocuarto puesto.


A finales de 1969, John Lennon y su archiconocida mujer Yoko Ono, alquilaron vallas publicitarias a lo largo de distintos rincones de todo el mundo y espacios en revistas influyentes donde alojaron el lema «War is over (if you want it)» (la guerra ha acabado (si tu lo quieres).


Quizás hoy, entre la descomunal publicidad de Rolex que adorna el para algunos espectacular circuito de Yas Marina y que sirve de anzuelo para los septuagenarios con mucho metálico (¿verdad Ecclestone?), hubiéramos podido encontrar uno de esos muchos carteles de fondo blanco y letra mayúscula en color opuesto. Hoy en Abu Dhabi se ha dado fin a una guerra protagonizada por dos combatientes del mismo bando. A lo largo de todo el año han traído de cabeza a un equipo entero. Han peleado en la mayoría de circuitos. No han dado oportunidad alguna a los valientes que se interesaban por obtener una licencia que les permitiera luchar por un campeonato casi imposible para los mortales de la parrilla. En 2010 y 2012, uno de los grandes que hasta hoy y desde hace 5 temporadas vestía de rojo, también colaboró junto a Sebastian Vettel para hacer de la F1 un deporte interesante hasta la última vuelta.

Volviendo al presente, el país de los Emiratos Árabes ha albergado el escenario en el que un par de viejos amigos han visto de cerca lo que ha supuesto hacerse mayores en este mundo paralelo a lo corriente. Lo que hace quince años suponía pasar un buen rato entre amigos ya no existe. Desde hace tiempo las reglas son distintas, los triunfos mucho mayores y las derrotas más dolorosas. En una ocasión leí que «ser un buen perdedor es un insulto al espíritu deportivo. A los buenos perdedores se les debería prohibir participar». Hoy la imagen ha sido de felicitaciones y halagos entre ganador y vencido pero la frase anterior congenia a la perfección con lo vivido durante toda la temporada, sobre todo después de Spa, en dónde los dos pilotos dejaron de endulzar el pastel y se dieron cuenta de que solo uno de ellos se lo comería al final de temporada. Hoy ha sido Hamilton, el a priori favorito en las apuestas, el que ha sumado a su palmarés un nuevo título de campeón del mundo. Demasiadas carreras han pasado entre Brasil 2008 y Abu Dhabi 2014 pero es que esta vez el trabajo mucho más serio y una mayor madurez del rebelde por excelencia ha dado sus frutos.

Los dos protagonistas de la temporada han devuelto a lo más alto la estrella de tres puntas. No se si el exceso de fama la convertirá en una estrella fugaz pero está claro que han sabido llevarse el gato al agua desde el principio. Su único rival han sido ellos mismos, algo no siempre sencillo de gestionar. Ahora la guerra ha terminado y toca brindar por todos los buenos recuerdos que la temporada ha dejado a pilotos y aficionados. Ahora la esencia para poder escribir sobre lo que nos gusta desaparece hasta mediados de Marzo. Será entonces cuando Albert Park volverá a oler a gasolina y las carreras volverán a servir para disfrutar de los fines de semana...de otro modo. Hasta entonces ya tenemos campeón. Su nombre, Lewis Hamilton.

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