¿Tranquilidad o nerviosismo?

imagen: www1.skysports.com

Dos inseparables, Fernando Alonso y el ingeniero Andrea Stella, caminaban de esta manera este pasado fin de semana por el circuito belga de Spa-Francorchamps. En el lenguaje corporal actuar de esta manera manifiesta capacidad de reflexión. ¿Es eso cierto?

Si nos fijamos en la imagen, podemos observar claramente como nuestros dos protagonistas, Fernando Alonso y su inseparable ingeniero de pista Andrea Stella, caminaban este fin de semana por el pit-lane del circuito de Spa. No lo hacían de manera natural, es decir, acompañados del balanceo de sus brazos. Caminaban con las manos agarradas bajo la espalda. En el lenguaje corporal se dice que actuar de esta manera manifiesta capacidad de reflexión del sujeto en cuestión. Y sí, es cierto que puede llegar a transmitir tranquilidad, control de la situación, que no hay nada que esconder y que no hay intención de usar las manos para otra cosa que no sea, en el caso del asturiano, pilotar su monoplaza para ganar. Pero existe otro punto de vista. El de muchos psicólogos que relacionan el esconder nuestras manos con síntomas de nerviosismo, de que algo no va bien. Véase en hospitales cuando los familiares del paciente, o hasta el mismo paciente, en los fríos y lúgubres pasillos hospitalarios, esperan ansiosos el diagnóstico del médico. Sin embargo, el lenguaje corporal sirve de poco si los protagonistas actúan de manera distinta porque son conscientes de que están siendo observados. ¿Qué se cuece en la "cocina" de Maranello?. Hasta el semáforo de boxes se encuentra en rojo. Quizás por eso Fernando mire hacía abajo, sabe que en caso de llegar a un cruce peligroso, deberá hacer caso omiso a una posible luz roja de la señal. Si desea llegar al final de la temporada con posibilidades de conseguir un tercer título Mundial que se le resiste, deberá correr el riesgo de cruzarlo sin ni siquiera mirar. Quedan por disputar un total de 464 vueltas a ocho circuitos distintos. Espero que esa manera de caminar de Alonso junto a la del hombre que le "susurra" al oído en cada Gran Premio, denote tranquilidad y reflexión para intentar acortar los actuales 46 puntos de desventaja.