martes, 30 de julio de 2013

Su "primera vez"

imagen:  lared21.com

Un 24 de Agosto hace casi ya diez años, subía a lo más alto del podio de Hungaroring un joven Fernando Alonso que conseguía así, su primera victoria en la categoría. El pasado fin de semana el trazado era el mismo. El protagonista sin embargo, fue otro.

El Domingo, el FW04 que luce el dorsal número diez cedía en su empeño de destrozar los neumáticos y le daba a su "dueño" la posibilidad de hacer no solo una más que buena clasificación el Sábado, sino también una gran carrera en la jornada del Domingo. Lewis Hamilton no defraudó. El piloto inglés supo aprovechar sus cartas y no dio posibilidad a que ningún otro jugador le sacara de la mesa. Dirigió la partida desde el principio. Tenía ganas. Ganas de sumar su vigésimo-segunda victoria pero sobre todo ganas de conseguir la primera con Mercedes. Tras su fichaje por el equipo germano se le tachó de loco por dejar McLaren. Él pedía calma. Decía que este año sería una toma de contacto, un inicio de lo que puede ser algo grande. Paso a paso. Sin embargo todos los que llevamos tiempo viendo las carreras y viéndole pilotar sabíamos que no sería así. A mitad de temporada ya la tiene. A mitad de temporada el británico ya ha podido brindar una victoria con su equipo y ha vuelto de algún modo a saborear la sensación que despierta la primera vez. Un reencuentro orgásmico que además de sacarle una sonrisa le aúpa a la cuarta posición de la clasificación para el Mundial y le mete de nuevo en la batalla por el mismo.  El arquero jefe de la tribu de las flechas plateadas, el admirable Ross Brawn, sabe de la sustancia enriquecedora de su proyecto. Sabe que puede funcionar y así se lo demuestran los resultados cosechados en lo que llevamos de temporada. Han tenido problemas y parecen haberlos subsanados. Si es en pro del espectáculo, yo no me voy a meter en polémicas. Todos sabéis a lo que me refiero. Algunos equipos tampoco comenzaron como les hubiese gustado y aun parecen seguir con esa sensación de no encontrar las soluciones adecuadas a los contratiempos. Ese mal rollo generalizado. Esa impotencia de no poder alcanzar el momento culminante del placer sexual.

Nota: Imagen obtenida de la web www.lared21.com

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