En Francia todavía adoran a este piloto. Para quien no le conozca, François Cevert puede sonarle más al nombre de algún novelista dramaturgo de la Francia del siglo XIX. A pesar de que entonces estaría confundido, ya que se trata de un piloto de F1 de los 70, quizás no vaya tan desencaminado...
François nació en Paris en 1944. Con 24 años ganó el Campeonato de Fórmula 3. Funcionó con éxito en la Fórmula 2 pilotando para el equipo Tecno. Su esfuerzo y trabajo en cada carrera provocó que más de uno se fijara en él. El mismísimo Jackie Stewart, tras una lucha con François, recomendó a Ken Tyrrell que tuviera en cuenta al piloto francés.
Al año siguiente, en 1970, tras el abandono inesperado de Servoz-Gavin en el equipo Tyrrell, llamaron a Cevert para que pilotara para ellos con el fin de que se convirtiera en un fiel escudero del veterano Stewart y colaborase a que éste se llevase el Campeonato ese año.
A medida que pasaba el tiempo, François iba siendo cada vez mejor piloto. Poco a poco recortaba distancias con su compañero de equipo y prometía ser un grande con el tiempo. En el Gran Premio de EEUU de 1973, en el que Stewart anunció que esa sería su última carrera, Cevert tenía todas las papeletas para ser el líder del equipo Tyrrell la siguiente temporada, pero el destino decidió otra cosa.
Durante la mañana del 6 de Octubre de 1973 François se disponía a afrontar su última vuelta de clasificación en el circuito de Watkins Glen, en el estado de Nueva York. A su mecánico le comentó «estoy pilotando el Tyrrell Nº6, con el número de chasis 006, el motor Cosworth 066, el 6 de Octubre. Hoy es mi día.». Salió a por todo. En una de las curvas sufrió una aparatosa salida de pista y el francés murió en el acto. Voló sobre los quitamiedos del trazado americano. Tan sólo en televisión se pudo reconocer la imagen del dórsal Nº6. Tenía razón...era su día. Au revoir François!! Hasta siempre...
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