Somos las historias que vivimos y Lewis Hamilton ha escrito en sus renglones particulares este nuevo titulo.
Sebastiao Salgado, un prestigioso fotógrafo que ha estado en
más de cuarenta países y a lo largo de mucho tiempo, ha fotografiado toda esa inmensa
desventura humana que viaja en caravanas de caminantes en busca de un lugar
digno donde dejarse vivir. Él siempre dice que todos esas historias inmensas caben
en apenas un segundo. Que con un segundo, con un solo segundo que su cámara
cede para dejar entrar toda la luz es tiempo más que suficiente para congelar
un instante a priori inabarcable.
Hamilton necesitó también un segundo , el tiempo de apenas un lento
guiño en sus ojos, para almacenar en su memoria una nueva diapositiva que jamás
olvidará. Mientras en cada segundo de la vida de muchos en algún lugar implica
una fotografía “quemada” por la rabia o por la tristeza más copiosa, el pasado
domingo en el estado norteamericano de Texas, un británico de treinta años
conseguía cruzar la línea de meta y convertirse por tercera vez en su carrera campeón
del mundo. Un triunfo que transformó en ese instante todo su alrededor en
sonrisas que decoraron de la mejor manera todo su entorno. En este caso, un
bonito instante que guardar en su memoria.
Somos las historias que vivimos y Lewis Hamilton ha escrito en sus
renglones particulares este nuevo titulo. Y tras ello un punto y a parte en el
que seguirán apareciendo nuevas semblanzas que contar. Algunas ligadas a el
automovilismo y otras quizás en clave de sol sonarán a melodías musicales grabadas
en sus estudios californianos. Pero solo él decidirá cuáles y cuando se
escribirán. Porque por y para algo, sigue manteniendo el dorsal número uno.
Ahora por favor, ¡sonrían para la foto!
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